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¿Qué es la dependencia emocional?

Cada vez es más habitual encontrarnos con personas que acuden a terapia manifestando que son dependientes emocionalmente de otras y que esto les genera malestar. Muchas veces esta dependencia emocional se da en el ámbito de la pareja, pero no está relacionada exclusivamente con este tipo de vínculo y puede darse en otros como vínculos de amistad o familiares.

Lo primero sería aclarar a que nos referimos con dependencia emocional, ya que es un concepto complejo que puede tener su origen en diferentes experiencias, manifestarse de maneras diversas y contar con factores mantenedores particulares en cada caso. Podríamos decir que hablamos de dependencia emocional para referirnos al patrón psicológico que se produce cuando existe una necesidad permanente y excesiva de afecto hacia una persona.

Los siguientes indicadores en los que podemos fijarnos nos pueden dar pistas acerca de si estamos ante una persona con un patrón dependiente:

  1. Baja autoestima: es una característica muy habitual en estas personas y se generan sentimientos de inadecuación o inferioridad en las relaciones. Tienen la firme creencia de que no son válidas o dignas de amor. Esto se manifiesta en una necesidad constante de agradar a la otra persona para evitar ser rechazadas y se muestran muy inseguras en sus relaciones.
  2. Idealización de la otra persona: la persona o personas de las que se dependen se ven como superiores, sin ningún tipo de defecto. Esto va a generar sentimientos de culpa ya que ante los diferentes problemas que puedan surgir la persona dependiente se va a hacer responsable ya que es impensable que sea culpa de la otra.
  3. Evitación del conflicto: las personas dependientes suelen evitar las situaciones conflictivas que pueden derivar en un abandono. Para ellas, mostrar su desacuerdo puede generar que el otro se enfade y, en consecuencia, la relación se termine o que sean rechazadas.
  4. Miedo a la soledad y el abandono: estas personas prefieren estar acompañadas, y en las situaciones en las que el encuentro no se produce se genera miedo, tristeza y ansiedad. Además, hay un miedo constante a ser abandonadas.
  5. Dificultad para tomar decisiones: estas personas se suelen ver bloqueadas a la hora de tomar sus propias decisiones, necesitando siempre la validación del resto para poder llevarlas a cabo. Tienen la convicción de que sus ideas o argumentos no son tan válidos.
  6. Necesidad de control y fusión: existe una necesidad de pasar el mayor tiempo posible con la persona de la que se depende, llegando a no disfrutar de otros momentos con otras personas o en soledad. Esto a veces genera además aislamiento, ya que se dejan de lado otras relaciones con tal de estar con esa persona. En la persona de la que se depende puede generar agobio
  7. Poner en un segundo plano los deseos propios: la persona emocionalmente dependiente no suele estar en contacto con sus deseos y, en caso de estarlo, suele relegarlos a un segundo plano para adaptarse a los deseos de los/as demás.

En el campo de la psicología se ha estudiado y teorizado desde diferentes enfoques para buscar que situaciones llevan a las personas a desarrollar estilos dependientes así como cuales son los factores que mantienen esta dependencia. Como hemos dicho antes, el origen de la dependencia emocional es diverso, pero muchas veces tiene que ver con las primeras experiencias relacionales ya que muchas veces no se ha podido realizar correctamente el proceso de diferenciación con las figuras de apego, viviendo la vida en base a las expectativas que otros tienen como medio para conseguir el amor. Además podemos encontrar también apegos ansiosos, en los que se ha producido negligencia o abusos por parte de los/as cuidadores/as.

En el ámbito de la pareja, la dependencia emocional está sostenida muchas veces por el concepto que tenemos de amor romántico y los mitos que le acompañan. Creencias como que el verdadero amor es fusión y con la pareja hay que compartirlo todo, la idea de la media naranja que nos completa o la expectativa de que nuestra pareja tiene que cubrir todas nuestras necesidades hacen que la sensación de dependencia se sostenga desde un contexto social.

La dependencia emocional puede tener repercusiones graves en la manera en la que nos relacionamos afectivamente con la pareja, ya que muchas veces este patrón sumiso puede ser el responsable de que se permanezca en una relación de violencia.

Existe tratamiento para la dependencia emocional, trabajando la manera en la que nos relacionamos y las emociones que eso nos genera, explorando el origen de estos patrones y analizando y cambiando aquellas situaciones que los mantienen. Si te has visto identificada/o con este artículo, puedes pedir ayuda para que alguien profesional te acompañe en tus dificultades y poder vivir así de una manera más plena.

Isabel Trasobares Peyrona

Psicóloga en Nara Psicología

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