La perspectiva de género en psicoterapia

¿Por qué es tan importante la perspectiva de género en psicoterapia?

El pasado 8 de marzo salieron a la calle alrededor de 350 000 personas para manifestarse a favor de la igualdad de género. El doble que el año pasado y más del triple que en el 2017. Esto pone de manifiesto que estamos en un momento social en el que queremos reivindicar y acabar con la desigualdad y las violencias que vivimos las mujeres por el hecho de ser mujeres.
El feminismo es un movimiento que se define por reivindicar esta igualdad de género entre hombres y mujeres, entendiendo que vivimos en una sociedad en la que por socialización de género pasamos a tener más o menos poder y privilegios y se espera unas cosas de nosotras y nosotros por el hecho de definirnos como hombre o como mujer. Esto tiene muchas consecuencias de todo tipo, unas más visibilizadas que otras.
Se observa que estas consecuencias las llevamos todos y todas impregnadas en nuestra piel, en el desarrollo de nuestra identidad, en la forma en la que nos relacionamos con otras personas y con nosotros y nosotras mismas. Por tanto, una psicoterapia que no tenga en cuenta la forma en la que nos socializamos en relación con el género y las experiencias que tenemos por ello, no está incluyendo una parte nuclear de la persona. Una parte que está relacionada directamente con muchos de los síntomas y sufrimientos con los que las personas llegan a la consulta de la psicóloga o el psicólogo. Maria Fornet, habla sobre esto en su libro Feminismo terapéutico:

“La idea de mezclar psicología y feminismo se basa en la creencia de que el enfoque de género libera y cura, puesto que las mujeres experimentamos problemas diferentes como consecuencia directa del encorsetamiento de la socialización de género, de la opresión a la que somos sometidas y de las expectativas que imprimen ciertos patrones educativos sobre nosotras” (Fornet, 2018)
Cuando incorporamos la perspectiva de género en psicoterapia, no se nos pasa por alto, por ejemplo, la sobrecarga que puede sentir una mujer cuando tiene que recordarle una y otra vez a su marido que le toca esa semana ir a hacer la compra. O la inseguridad que puede estar interiorizando una mujer cuando continuamente están hablando más alto que ella en las reuniones de trabajo, transmitiéndole que sus ideas no tienen el mismo valor. Tampoco se nos pasa por alto una relación de violencia machista en la pareja, aunque sea “sutil”, cuando la tenemos delante.
Cuando hablamos de violencia machista en la pareja parece más evidente. Los otros ejemplos es posible que parezcan violencias casi imperceptibles. Más o menos evidentes, todas estas experiencias son determinantes en la vida de las mujeres y repercuten directamente en nuestra salud mental, por lo que como psicólogas y psicólogos tenemos que considerarlas para no seguir perpetuando situaciones de desigualdad y de violencia.
Incorporar la perspectiva de género en psicoterapia implica mirar de una nueva forma a la persona, a la pareja y a la familia, teniendo esta variable siempre presente, así como acompañar a la persona a que incorpore esta nueva mirada. ¿De qué forma está afectando el género a la narrativa que nos contamos de nosotros y nosotras mismas? ¿Cómo se ha construido nuestra identidad teniendo en cuenta nuestra socialización de género y todas las experiencias que hemos tenido en nuestra vida por el hecho de ser hombre o mujer?

Para terminar, haciendo referencia de nuevo a lo sucedido el pasado 8 de marzo en las calles de Madrid y de muchas otras ciudades y pueblos del mundo, desde Nara psicología queremos sumarnos a los cánticos de la manifestación ya que creemos que al igual que la revolución, “nuestra psicoterapia será feminista o no será”.

Referencias:
Fornet, M. (2018) Feminismo Terapéutico. Madrid: Urano

Autora: Inés Alonso Apausa.
Psicoterapeuta en Nara Psicología.

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