“Aprendí de la vida a quererte de igual modo, a amar este equilibrio nuestro, la igualdad de latido, a confiar sin atender el tiempo que tarda uno en encontrar la calma, a buscar lo urgente sin ninguna prisa y a llegar a casa, y que mi casa sea mi casa porque tú me esperas, y que tu casa sea tu casa porque siempre vuelvo.”
A los perros buenos no les pasan cosas malas (2019).Elvira Sastre
Convivimos con otros seres vivos que no son humanos y a los que queremos y consideramos parte de la familia. Son seres vivos con los que compartimos tristezas, alegrías, buenos y malos momentos, nos reímos y lloramos con ellos, nos acompañan en nuestros viajes, enfermedades, y días grises. Les damos todo el amor que podemos expresarles y ellos nos expresan su afecto y su cariño de manera incondicional. Se trata de un vínculo fuerte y al mismo tiempo único.
En múltiples ocasiones, cuando fallecen, su pérdida supone un dolor inmenso en quienes han estado cerca, sobre todo en niños y niñas. Ellos y ellas han compartido múltiples momentos de consuelo, juego, alegrías, risas y acompañamiento. Sin embargo, perder a un perro, un gato, o cualquier otro ser vivo con el que hayamos convivido y compartido, supone un dolor y un duelo que no siempre es validado y comprendido por el entorno, a pesar de ser de las primeras pérdidas significativas que se experimentan en el ciclo de la vida.
Llorar y estar tristes por la pérdida de nuestro perro o nuestro gato puede no ser validado por el contexto, convirtiéndose así en un posible duelo desautorizado: duelos donde la pérdida no es reconocida y lo que muere no es socialmente valorado como significativo, generando sentimientos de soledad, incomprensión y mayor dolor por la pérdida. Sin embargo, es importante validarlas, permitirlas e integrarlas.
¿Cómo facilitar el duelo por la pérdida de un perro/gato/o cualquier otro animal importante en la familia?
1.Si la pérdida es previsible (porque está enfermo/a, muy mayor o malito/a) es importante anticiparlo y hablarlo con los niños y niñas de la casa antes de que se produzca dicho fallecimiento para poder facilitar despedidas, comprender lo que ocurrirá y que no le pille “por sorpresa”. Si se le va a practicar la eutanasia, es importante explicarles que: la veterinaria o el veterinario hicieron todo lo posible por cuidarla y curarla, que su mejoría ya no es posible y que es la forma más compasiva de quitarle el sufrimiento a su perrito ya que morirá sin miedo y sin dolor. Muchos niños y niñas querrán despedirse antes y debemos permitirlo. Algunos/as harán preguntas que debemos responder de la manera más sencilla posible, sin efuemismos: especial cuidado con frases como “se ha dormido” o “se ha ido al cielo”. La primera puede generar en algunas edades (sobre todo en los/las más peques) miedo a dormir, a cirugías o anestesias (creyendo que durmiendo pueden morirse o dejar de existir), la segunda frase puede generar desconfianza en el/la niño/a si realmente no es una idea espiritual compartida por la familia, sintiéndose engañado/a al percibir que nadie cree en que el cielo exista. Podemos ir al veterinario con el/la niño o niña para que nos ayude a normalizar y a entender el proceso de lo que se hará (siempre desde el cariño y mientras el niño/a quiera hacerlo o lo pida)
2.Si la muerte es repentina, es importante explicar con calma lo que ha pasado, procurando ser breves y facilitando las preguntas a las que responderemos de la manera más honesta y sencilla posible. Evitar las mentiras “se ha ido de viaje”, “se ha ido volando”. Es importante procurar dar la noticia en un espacio seguro donde se sienta arropada/o (por ejemplo, su habitación). Comunicar la noticia en un tono tranquilo y procurar responder a todas las preguntas que surjan (aquellas que no se sepa qué responder, responder con honestidad “me gustaría responder a tu duda, pero no sé la respuesta”
3.Acompañar en el dolor: ya sea un/a niño/a o una persona adulta, es importante facilitar la expresión de las emociones sin juzgarlas ni coartarlas. Es normal que los niños y las niñas reaccionen con miedo, con rabia o con tristeza, permitamos dicha expresión. Y si nosotros/as también la sentimos, expresarla sin miedo. No pasa nada porque nos vean llorar ante la pérdida de un ser querido, pues normaliza el estar tristes ante una pérdida. Cuando nos emocionamos delante de los niños/as procurar que la emoción no nos desborde para poder sostenerles (en caso de no poder hacerlo, permitir a otro/a adulto/a que comunique la noticia-siempre alguien cercano y de confianza para el niño/la niña)
4.Hablar de la pérdida después de varios días: no hagamos tabú el tema de la muerte. En ocasiones por miedo a recordarle la pérdida y ver tristes a nuestros seres queridos no mencionamos el tema. Sin embargo, hablar con naturalidad de lo ocurrido, recordar a la mascota con amor y con cariño y preguntar a la persona adulta o al niño/a cómo se siente o mencionar con cariño a su perro o a su gata, permite integrar la pérdida y facilita la expresión de emociones que continúan estando presentes después de varios días e incluso semanas. Que no se exprese o no se hable del dolor no significa que no exista y, aunque el dolor pasará, es importante saber que los recuerdos felices quedarán para siempre.
5.No sustituir de manera inmediata: en ocasiones se piensa que, tras el fallecimiento de un perro o un gato, la tristeza mermará con otro animal que pueda ocupar su lugar. Es importante entender que el duelo es un proceso que dura un tiempo y que permitirlo sin interrupciones es importante. Se puede considerar acoger o adoptar un perro o un gato nuevamente, pero no como remplazo ni como sustituto del animal fallecido, sino como una manera darle la bienvenida a otro animal en la familia. Por ello es importante respetar los tiempos y llevar a cabo dicha acogida en un momento donde la pérdida haya sido integrada.
6.Ritual de despedida: ya sea de manera individual (en el caso de las personas adultas) o familiar (tanto personas adultas como niños/as) es importante despedirnos de los seres queridos con los cuales hemos compartido y querido tanto. Aquí, rituales como cartas, figuras de plastilina o dibujos (sobre todo con los pequeños/as), encender una vela, realizar una ceremonia en familia, y recordar todos/as algún momento especial vivido y compartido con el ser querido es fundamental para poder iniciar el duelo. Además, en el caso de los niños y las niñas, también les permitirá entender que el entorno familiar es un lugar seguro y de cuidado donde podrán expresar sus emociones y ser recogidos/as y atendidos/as en la tristeza y momentos difíciles sin ser juzgados, sino todo lo contrario; apoyados y acompañados en su dolor.
7.Materiales para el afrontamiento del duelo: Son de gran utilidad los cuentos y los cortos para explicar a los/las niños/as el fallecimiento, la muerte y la pérdida. En la bibliografía de este artículo encontrarás un listado que podría serte útil para poder acercar de una manera cariñosa y sana, el tema de la muerte en la familia en general y con los niños y niñas en particular.
Autora
Paola Cerviño Kaptur
Psicóloga de Nara Psicología
Bibliografía
-Guía del duelo con niños y adolescentes: Fundación Mario Losantos del Campo
– ¿Cómo explicar la muerte a los niños?: http://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/como-explicar-muerte-ninos
-Guía para ayudar a los adultos a hablar de la muerte y el duelo con los niños. Explícame que ha pasado: http://www.eos.es/descargas/explicame%20que%20ha%20pasado_duelo%20 ninos.pdf
-Cómo ayudar a los niños a afrontar la pérdida de un ser querido. Kroen, WC. (2002). Ed.Oniro
-Mamá, ¿qué es el cielo?. Shriver, M. (2000)
-Para Siempre. Durant, A., Gliori, D. (2004). Editorial Timun Mas
-Adivina cuánto te quiero. McBratney, S. (2005). Kókinos
-Julia tiene una estrella. José, E., Gubianas, V. (2006).La Galera
-“El pato y la muerte” de Wolf Erlbruch
-No es fácil pequeña ardilla. Ramón, E., Osuna, R. (2003). Kalandraka editoras
-El niño de las estrellas. Somers, P. Ing Edicions
-El max i la seva ombra. Regojo, J.L. Ed Protens o El buit. Llenas, A. 2016
CORTOMETRAJES
– Cuerdas. Director Pedro Solís
-La dama y la muerte. Director Javier Recio