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TIK TOK

TOC TOC, ¿podemos entrar…?

Desde Nara Psicología apreciamos el auge que está viviendo esta aplicación, gran competidora de otras plataformas más antiguas como Instagram o Facebook.

En general, siempre que hablamos de redes sociales desde nuestro centro, intentamos hacerlo desde una perspectiva imparcial pues, del mismo modo que entendemos las enormes ventajas y satisfacciones que nos brindan, somos también conscientes de las dificultades o problemáticas que pueden entrañar.

Las aplicaciones y/o redes sociales están ahí, muchas personas las utilizamos, pero quizá la pregunta que debiera iniciar este artículo es ¿cómo las usamos?

Para aquellos/as que aún no hayan oído hablar de Tik Tok, recordamos que se trata de una aplicación móvil para crear y compartir vídeos cortos. Permite a sus usuarios/as crear vídeos musicales cortos de 3–15 segundos​ y vídeos largos de 30–60 segundos.

Inicialmente, su popularidad se extendió entre los sectores más jóvenes de la población (personas pequeñas que veían o subían vídeos incluso utilizando los dispositivos electrónicos de su madre/padre porque no tenían móvil propio). Ahora, la publicidad del boca a boca y el propio desarrollo de la app han ido propiciando que ocupe un lugar de mayor visibilidad en el sector de las redes sociales y se corone como una de las más descargadas.

Según ha ido avanzando su impacto entre sus consumidores/as, ha ido aumentando la franja de edad de los/las mismos/as. En la actualidad, muchas personas mayores de edad consumen o graban vídeos a través de este medio pues ciertamente es una distracción rápida y efectiva.

Desde esa mirada adulta, podemos confirmar la presencia de determinados elementos que pueden suponer un riesgo para los/las menores que utilicen esta app:

  • Se trata de una plataforma en la que no se requiere que tú grabes un vídeo para poder acceder al visionado de otros vídeos.
  • Muchas de las personas usuarias publican sus vídeos en formato “abierto” para conseguir mayor popularidad y visibilidad.
  • Te pueden aparecer notificaciones en el móvil de conversaciones ajenas a ti como “gancho” para aumentar tus visitas a la app.
  • Como en tantas redes sociales, incluyen todo tipo de contenidos. Cuando decimos TODO, nos referimos también a temáticas que puedan ser ciertamente amenazantes para los/as peques: vídeos que fomentan dificultades de la conducta alimentaria, grabaciones donde aparecen menores hipersexualizadas/os, entradas donde el lenguaje utilizado puede promover ideologías o pensamiento racista, etc.

Por otro lado, TIK TOK es una fuente de estimulación para cualquier peque. Pueden ver un vídeo de su cantante favorito/a e intentar reproducirlo en un baile, cantando una versión.

Las versiones de canciones son una de las grandes patas sobre las que se sustenta esta app. Frente a esto, nos preguntamos: ¿desde qué posición están creando las personas usuarias una versión de alguien que no son ellos/as mismos/as? ¿Se fomenta la creatividad original de manera individual?

¿Pueden sobrepasarse determinados límites para conseguir mayor visibilidad? ¿Qué sucede cuando un vídeo se viraliza (se extiende) por el grupo de amistades/compas de centro educativo? ¿Están preparados/as nuestros/as menores para sostener esa experiencia? ¿Y para tolerar la frustración de pasar desapercibidos/as?

La plataforma está ganando en popularidad también por motivos más escabrosos: hace poco se publicaba en los diarios la noticia de un abuelo que había sido descubierto abusando de su nieta gracias a un vídeo de TIK TOK en Chile.

La popularidad de esta página trasciende también a lo político. Las redes sociales son la gallina de los huevos de oro para muchas empresas del sector tecnológico (y del sector de la información). Debido a esto, existen grades batallas librándose entre las dos grandes potencias mundiales, EEUU y China.

Ahora que estamos a punto de concluir nuestras vacaciones, probablemente sea un buen momento para reflexionar sobre el uso que hacemos de esta app. Probablemente, después del confinamiento y al igual que con otras redes sociales, podamos concluir que hemos aumentado nuestro uso. Hemos pasado tiempo encerrados/as y ahora que “nos sueltan” necesitamos más que nunca contarle al mundo que nuestro verano ha sido increíble.

Las redes sociales siempre nos conducen al mismo debate; ¿las usamos para mirarnos hacia dentro (lo que necesitamos, nuestros intereses, adquirir nuevos conocimientos,…) o hacia fuera (para llamar la atención de otras personas, exhibirnos, conseguir un refuerzo del exterior…)? Probablemente ambas motivaciones sean compatibles, siempre en su justa medida.

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Camino Baró San Frutos.

Col. M-31096.

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