La nostalgia, aquel sentimiento que nos lleva a pensar en el pasado, a pensar en la ausencia del presente. Parece que últimamente está en nuestro cuerpo metido y ocupando espacio en nuestra cotidianidad y en nuestra mente. Hablamos de la nostalgia como si fuera un pensamiento continuo y presente en nuestro día a día. ¿Qué ha pasado para implementar la nostalgia, el recuerdo del pasado, en nuestro presente sin ningún tipo de barrera? ¿Ha pasado la pandemia? ¿Ha pasado que es una moda? ¿O ha pasado que la imposibilidad de ver un futuro nos lleva a agarrarnos a algo que fue y que entendemos como algo mejor y bonito?
Empiezo por esbozar lo que significa la nostalgia en términos generales y es que se trata de un sentimiento de tristeza o de pena que tenemos a la hora de recordar algún momento, persona, experiencia, objeto, lugar, etc. que en su día nos generó bienestar y felicidad y a día de hoy ya no se encuentra presente en nuestras vidas. La nostalgia no solo se encuentra en forma de sentimiento o pensamiento, se encuentra en las cajas donde guardamos tickets de cine o de metro, pulseras, fotografías, cartas, muñecos, cualquier objeto desechable que nos recuerda a un momento específico del pasado; se encuentra en los programas de la dos cuando emiten programas de los 80 y 90 o programas de bandas de música de cantantes que encontramos muy jóvenes; se encuentran en las revistas que encontramos entre los libros de nuestra librería; se encuentran en las cuentas de redes sociales donde suben anuncios de los 2000 o hitos televisivos imposibles de olvidar; se encuentran en las fotografías que rememoramos de los álbumes familiares; se encuentran en las modas que vuelven o en las sobremesas donde se recuerda cualquier anécdota graciosa.
La nostalgia la expresamos en cada recuerdo de un tiempo que fue y que ya no está, pero que viéndolo en retrospectiva lo romantizamos como si hubiera sido mejor de lo que es y mejor de lo que está pasando y somos a día de hoy.
Vivir de la nostalgia es vivir en estado de tristeza.
Vivir de la nostalgia es vivir sin ganas, sin futuro y sin presión.
Vivir la nostalgia es también resistir a un futuro de incertidumbre.
Vivir la nostalgia es también una posibilidad de abrir el horizonte.
La nostalgia ha venido pero no para quedarse. Porque en un estado de pandemia, de parones, de calles vacías, de hospitales llenos, de malestar mental y social, la nostalgia nos da un respiro al pensar que todo puede volver a cómo estaba antes. Pero no tenemos que dejar que esta idea de que cualquier aspecto del pasado siempre fue mejor, nos ancle y no nos deje estar en el presente y mirar hacia el futuro. El presente no es ningún monstruo del que tener que huir, si no intentar tener una amistad con él. La nostalgia nos alivia y nos da espacio a pensar en un presente con cambios, y con mejoras. Dejemos ese hueco a la nostalgia, pero no nos inundemos con la romantización de la misma: hagamos una cajita de cartón para ella, pero no una habitación entera.
Tamara Lobato Nieto
Alumna de prácticas de Nara Psicología