Vamos a tratar de analizar cómo se expresan los valores de las casas de Hogwarts según el género en el universo cinematográfico de Harry Potter. Para ello nos vamos a centrar en la casa Gryffindor y en los personajes protagonistas, que la mayoría vamos a conocer mucho más.
Un par de nociones sobre socialización
Pero antes de entrar de lleno en el mundo de Harry Potter, que tanto apreciamos, vamos a compartir un par de nociones sobre socialización.
¿Qué es la socialización? Según la RAE es ‘adaptar a un individuo a las normas de comportamiento social’. Pero esto, ¿qué significa? Significa que por el hecho de ser animales sociales que viven relacionándose con otras personas y bajo una cultura determinada, esta cultura nos transmite cierta información en forma de normas sociales, que nos informan de cómo nos debemos comportar, qué se espera de nosotros o nosotras, qué es lo aceptado o esperable, etc. En definitiva nos da un marco común para relacionarnos.
Un par de ejemplos tontos para entendernos. Todo el mundo sabemos cómo tenemos que comportarnos en un ascensor, ¿verdad? Se habla poco o del tiempo, nos alejamos lo máximo posible, no se mira fijamente a la gente y, en cambio, se observa con atención el suelo o cómo los numeritos de los pisos van cambiando. O tenemos claro que no se sorbe la sopa, que está feo ¿sí?
Bien, hasta aquí en principio es muy útil. Sin embargo, cuando la socialización diferencia en la norma por géneros y tiende a hacerse rígida, puede empezar a generar algunos problemas. Como tiende a suceder con el caso de las emociones. Nos suena aquello de «los niños no lloran» o «las señoritas no dan problemas». Retomaremos todo esto cuando entremos a Hogwarts.
Ya por último, tenemos que entender el cine como un agente socializador muy potente, que nos llega y transmite muchas de estas normas sociales que comentábamos desde edades muy tempranas, de forma que nos pasa muy desapercibido y nos hace ir interiorizando una idea de cómo es el mundo, o de cómo se supone debería ser.
Entremos, por fin, en Hogwarts
Con todo esto en mente llegamos al maravilloso mundo creado por J. K. Rowling y, en particular, a las preciosas películas que adaptan sus novelas.
El colegio Hogwarts de magia y hechicería se articula en cuatro casas. El alumnado al llegar al colegio es asignado, en función de su forma de ser, a una de estas casas, a la que pertenecerá durante su andadura académica.
Cada casa tiene unos valores fundamentales que, como decíamos, dictan el perfil del alumnado que admite:
- Gryffindor: aprecia la valentía, disposición, coraje y caballerosidad.
- Ravenclaw: busca alumnado inteligente que sea creativo, curioso y que siempre busque la respuesta.
- Slytherin: se caracteriza por la ambición y la astucia.
- Hufflepuff: acepta a quien quiera pertenecer a su casa y ensalza la lealtad y honestidad.
Gryffindor, la valentía y el género
Como veíamos la valentía es el principal rasgo de quien pertenece a la casa de Gryffindor, pero ¿se expresa igual en Harry, Hermione o Ron?
Analicemos uno a uno los personajes:
Harry, protagonista principal, da nombre al mundo y la saga. Se nos presenta como un chico algo tímido que según va creciendo le vemos comprometido, cargando con el título de «el niño que sobrevivió», lo que le supone muchísima fama en el mundo mágico y le lleva una y otra vez a cargarse con la responsabilidad de salvar el mundo, asumiendo tremendos riesgos (para los que, en mi humilde opinión, como adolescente no está preparado para manejar, pero ésta es otra historia) llegando a, alerta de spoilers, sacrificar su vida por el bien común.
No sé si compartiréis conmigo, que suena muy a la definición clásica del héroe salvador y valiente que hace lo necesario.
Junto a él encontramos a su fiel amigo Ron. ¿Qué decir de Ron?… Debo confesar que según voy revisitando la saga me va cayendo peor ¿no os da la sensación de que cada vez que puede, la lía? En fin, pido disculpas a los y las seguidoras de Ron.
Volviendo a lo que nos ocupa, si nos fijamos en Ron podremos encontrar muchas de las características que hemos mencionado de Harry pero, quizás, con un componente más irreflexivo a la hora de tomar decisiones o actuar. Algo que le lleva a situaciones problemáticas en más de una ocasión.
Y, por último, tenemos a Hermione, si se me permite y aunque se me vea un poco el plumero, verdadera heroína de la saga, sin la cual los otros hubieran fracasado y/o muerto en cada libro o película (es un artículo de opinión, se siente).
Analicemos cómo se expresa la valentía en nuestra protagonista femenina. Es quien más conocimientos tiene, primera de clase, nos la presentan como una persona analítica, con muchos recursos, que se prepara, anticipa posibles problemas y es muy previsora. Como ejemplo, cuando escapan es quien lleva en su bolso sin fondo: víveres, tienda de campaña, ropa y todo lo necesario para sobrevivir; mientras Harry y Ron van con lo puesto.
Qué dos versiones más distintas de la valentía de la casa de Gryffindor. Una estereotipadamente masculina, muy centrada en la acción, la fuerza y lanzarse al conflicto. Y otra estereotipadamente femenina, caracterizada por la reflexión, la estrategia y la preparación para superar los problemas.
Estas dos ideas diferenciadas por géneros nos calan en ese proceso que es la socialización y, de forma casi imperceptible, las interiorizamos y tenderemos a repetirlas y actuarlas en función del género con el que nos identifiquemos.
Como reflexión, si esa diferencia en los valores, comportamientos y emociones asociadas no nos convence, sería interesante pararnos a pensar si queremos deconstruir lo que traemos de serie socializado para construir aquello que vaya más en sintonía con nuestra forma personal y crítica de ver la vida y el mundo. Y para ello, un buen primer paso podría ser identificar y abrir debate sobre todas estas cuestiones.
Os animo a compartir en nuestras redes sociales más ejemplos que se os ocurran de las diferencias de género en el mundo de Harry Potter.
Jorge Moreno – Psicólogo de Nara psicología