Cuando el “amor” nos daña

Últimamente me encuentro en mi consulta con numerosos casos de chicas que me...

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Últimamente me encuentro en mi consulta con numerosos casos de chicas que me piden ayuda porque no se encuentran bien. No identifican el motivo pero sí saben que “algo” les provoca malestar. Ese “algo” se traduce en ansiedad, angustia, estado de ánimo bajo,  dificultad en la concentración, insomnio…

Me llama la atención, cuando empezamos a explorar su momento vital: situación familiar, laboral, relaciones afectivas… cómo normalizan situaciones en las que están sufriendo, y mucho. Situaciones relacionadas con las relaciones de pareja.
Por esta razón he decidido escribir este artículo, en el que propongo algunos indicadores que nos pueden ayudar a identificar algunas situaciones difíciles de afrontar o que nos causan sufrimiento. Estos indicadores pueden funcionar como “activadores de alarma”, y nos pueden dar pistas de que algo no está bien o nos crea malestar en nuestra vida, en las relaciones personales, de pareja, etc.

¿Qué indicadores tenemos que tener en cuenta para saber cuándo “el amor” nos daña?

Cuando el control se camufla de interés hacia la otra persona: saber con quién salgo, dónde salgo, quién da a “me gusta” en mis redes sociales, comprobar si estoy en línea o no, en el whatsapp, etc., no es un indicador de que la otra persona se interese por mí, es un indicador de control.

Los celos no son un indicador de amor, los celos son un indicador de inseguridad y falta de confianza.
Sentir miedo o pena hacia la otra persona: acceder a las necesidades o deseos de la otra parte desde estos sentimientos no es sano, cuando así lo hacemos nos llenamos de rabia y reproches.

Los silencios: cuando nos enfadamos necesitamos un tiempo para poder restablecer el contacto de una manera sana, sin querer dañar o destruir a la persona que ha desencadenado nuestra rabia. Un tiempo no son días ni semanas, cuando son días o semanas es un castigo, una manera de manipular a la otra persona.

La desatención: cuando nuestras necesidades y deseos no son atendidas ni escuchadas casi nunca por la otra persona y nos sentimos culpables porque nos dicen que pedimos mucho, que no somos pacientes…

“Amenazar con el vínculo”: la ruptura o duda en el vínculo no es una manera adecuada de gestionar los conflictos ni de resolverlos. En estas situaciones la persona que recibe la amenaza suele ceder pero por miedo al abandono, a la pérdida.
Compartir momentos o experiencias con otras personas no es un indicador de desamor o descuido a la pareja. Dar importancia a la relación no implica que ésta se convierta en lo único y lo más importante siempre.

Sentir miedo hacia lo que tu pareja pueda hacer o cómo pueda reaccionar ante tus opiniones, sentimientos, o actos.
Cuando la culpa o la pena nos mantienen en la relación. Mantener la relación porque nos sentimos culpables de lo que le pase a la otra persona si no estamos con ella hace mucho daño al vínculo y a las partes implicadas.

Los gritos, insultos, amenazas o golpes no son expresiones de la rabia, son conductas violentas.

¿Qué indicadores podemos tener en cuenta para saber que una relación es sana?

Cuando las personas se quieren, se respetan y se divierten estando juntas.
Tratarse bien, con ternura y sin faltarse al respeto.
Tener confianza mutua y no comprobar si lo que hace o dice la otra persona es verdad.
Tener diferentes opiniones y poder hablar de ellas sin que ninguna parte imponga su opinión.
Compartir experiencias y momentos, sin dejar de disfrutar de tiempo y espacios personales para estar con tus amistades, familia o realizar una afición, sin que te moleste que la otra persona haga lo mismo.
No abusar de la otra persona pidiéndole constantemente que haga cosas por ti.
Poder expresarnos con total libertad.
Aceptar y respetar las opiniones, gustos, actividades, amistades… de la otra persona.
Apoyarse mutuamente en planes y proyectos aunque éstos no siempre coincidan.
Reconocer cuando nos hemos equivocado.

Yo soy yo
Tú eres tú
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres tú
Yo soy yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos
Será maravilloso
Si no, no puede remediarse
Falto de amor a mí mismo
Cuando en el intento de complacerte me traiciono
Falto de amor a ti
Cuando intento que seas como yo quiero
En vez de aceptarte como realmente eres
Tú eres tú y yo soy yo
(Fritz Perls)

 

Eva Barrio – Nara Psicología

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