8M: Hablemos de feminismos

Se acerca el 8 de Marzo, Día Internacional de la(s) Mujer(es), y ya se respira en el ambiente que las ciudades de todo el mundo volverán a teñirse de morado reivindicando una sociedad más equitativa, inclusiva y diversa.

La lucha de las mujeres no es nueva, y para comprender cómo hemos llegado hasta aquí, es necesario echar la vista atrás y ver el camino recorrido por las que vinieron antes, las que se atrevieron a reivindicar sus derechos, las que se rebelaron contra un sistema que las confinaba al ámbito de lo privado, las que pusieron voz a muchas otras que no podían, las que decidieron denunciar las múltiples violencias que vivimos por el hecho de ser mujeres. Entender cómo hemos llegado hasta aquí nos permite enfocarnos hacía el futuro, por eso, vamos a hacer un breve repaso del movimiento feminista a lo largo de la historia.

Se empieza a hablar de feminismo en La Ilustración en el siglo XVIII (aunque hay testimonios de épocas anteriores en el que ya se vislumbran estas luchas), cuando después de la Revolución Francesa se hace una crítica al sistema establecido y a las diferencias que estas generaban en la sociedad. Paradojicamente, esta revolución no tiene en cuenta a las mujeres y las excluye de los derechos civiles que son reconocidos por y para sus compañeros varones. Serán Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft quién pondrán voz a “La Primera Ola” feminista demandando el derecho a la educación y, en definitiva, a ser tratadas como ciudadanas con los mismos derechos que los hombres.

Con la Declaración de Seneca Falls comienza “La Segunda Ola”, que se extiende desde mediados del S.XIX hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, y que tiene como principal hito la consecución del voto femenino. En este periodo se consolidan “las sufragistas”, continúa la lucha por el acceso a la educación y se comienzan a poner sobre la mesa muchos asuntos que generan desigualdades entre hombres y mujeres.

En los años sesenta comienza un nuevo periodo denominado “La Tercera Ola” y en él encontramos a mujeres como Simone de Beauvoir o Betty Friedman, la conciencia de que “lo personal es político” y un debate acerca del patriarcado como causante de las desigualdades. Se ponen en el centro algunas de las violencias sufridas por mujeres, se reflexiona sobre nuestra relación con la sexualidad y el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, se habla de aborto y anticoncepción…

A partir de aquí vemos como el movimiento feminista comienza a tener un número considerable de corrientes y por eso, hablamos de feminismos. Ya no existe un único feminismo, enmarcado en un contexto temporal y social claro, sino que se comienzan a desdibujar los límites y la realidad se vuelve mucho más compleja. Hablamos de feminismo liberal, feminismo radical, ecofeminismo, ciberfemenismo, feminismo de la igualdad, feminismo de la diferencia, transfeminismo, feminismo decolonial…. Son algunas de los feminismos ya presentes y entendemos que cada vez serán más diversos.

Sería ingenuo pensar que todas las mujeres entendemos el movimiento feminista de la misma manera y, evidentemente, nuestras experiencias vitales y sociales hacen que sintonicemos más con unas posiciones que con otras, pero es importante pararnos a reflexionar sobre ellas y hacer un ejercicio de escucha y entendimiento. Intentar imponer “una verdad feminista” no nos lleva a ningún lado, salvo a eternas luchas internas que muchas veces son perversamente utilizadas para desvirtuar la lucha que diariamente y desde diferentes frentes se está llevando a cabo.

Por eso, el 8 de Marzo es un día para que nos pensémonos y sintámonos como colectivo, para celebrar los logros de las que vinieron antes, que olvidemos por un momento los debates y las luchas internas que nos dividen y seamos capaces de mirarnos con respeto y sororidad, viviéndonos como una gran red de apoyo mutuo.

EL MOVIMIENTO FEMINISTA SERÁ INCLUSIVO Y DIVERSO, O NO SERÁ.

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