La invalidación emocional

“No es para tanto”, “Estás exagerando”, “Cambia ya el chip”, “A mí esto me funciona, ¡pruébalo!… ¿Te suenan estas frases? ¿Las has escuchado alguna vez?

Seguro que la respuesta es SÍ. Puede que a veces seas tú quién las expresa y otras veces quién las recibe, pero, ¿por qué son tan comunes? Y lo más importante ¿nos ayudan?

Vivimos en una sociedad donde las emociones, a pesar de ser necesarias en nuestro día a día, ya que son las que nos permiten estar en contacto con la realidad, no suelen tener demasiada presencia. Sin embargo, esto no es igual para todas, las emociones agradables, aquellas que nos conectan con el bienestar suelen encontrar espacio de manera más fácil porque nos hacen sentir a gusto. Pero, ¿qué pasa con las emociones desagradables?

Las emociones desagradables nos conectan con el malestar, y esto generalmente no lo llevamos tan bien. Además, muchas veces las vivimos como “malas” o “negativas” y esto tampoco ayuda a convivir con ellas y muchas veces nos llevan a invalidarlas. Pero, ¿qué quiere decir esto?

Invalidar las emociones quiere decir no darles el lugar que les corresponde, no dejar que se expresen o se muestren, por tanto, no dejar que lleven a cabo su función, es decir que nos den una información importante sobre lo que nos pasa y lo que necesitamos hacer para resolverlo.

Vamos a imaginarnos que una persona cercana te invita a una celebración importante para ella; tú y otras personas cercanas que la queréis acudís a compartir ese momento. Tú te das cuenta de que se lo está pasando bien, está disfrutando, sonríe bastante… ¿Sería habitual escuchar frases como: “Venga, ya has sonreído bastante”, “No es para tanto la noticia”, “Estás exagerando la alegría”? Probablemente NO, de hecho, sería bastante raro ¿verdad? Entonces, ¿por qué son tan habituales cuando estamos experimentando una emoción desagradable?

Estas frases invalidan nuestra experiencia emocional, las usamos para reducir su intensidad, cambiarla o pararla. Claro, cuando las emociones son agradables no suelen ocurrir porque nos generan bienestar o confort. Sin embargo, las desagradables al conectarnos con el malestar queremos que desaparezcan cuanto antes o que sean menos intensas. Esto lo solemos hacer bien para sufrir menos, o ver a las personas que queremos sufrir menos, porque nos supera la emoción y no sabemos cómo convivir con ella, nos da miedo que no se vaya, no sabemos cómo manejarla… entonces sin querer la invalidamos para intentar gestionarla. Y… Sin darnos cuenta no estamos escuchando lo que tiene que decirnos, ¿qué es lo que realmente necesitamos en ese momento?

Si te identificas con este artículo: estás pasando un momento de malestar en el que te sientes muy triste, sin energía, con ansiedad; o estás acompañando a alguna persona que se encuentra así y no sabes cómo gestionarlo en Nara Psicología podemos ayudarte.

En Nara Psicología podemos acompañarte a que aprendas a identificar, entender y regular tus emociones para que puedas obtener la información que te están transmitiendo, descubrir qué es lo que necesitas y volver a conectar con tu bienestar.

 

Virginia Mayor Ortega

Psicoterapeuta en Nara Psicología

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