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Cómo el riesgo define el éxito: Tres claves para arriesgar sin miedo al fracaso

En Nara Psicología, muchas veces escuchamos a nuestros pacientes hablar sobre el miedo al fracaso y cómo este temor puede frenar sus sueños y objetivos. A través de años de experiencia, hemos comprobado que una de las claves más importantes para alcanzar el éxito no es evitar el riesgo, sino aprender a gestionarlo de manera inteligente. En esta columna, vamos a explorar tres claves que te ayudarán a arriesgar sin que el miedo al fracaso te paralice.

1. El arte de arriesgar con una segunda oportunidad: Lecciones del tenis

Si miramos a los mejores jugadores de tenis del mundo, vemos que solo meten el 60% de sus primeros saques. ¿Por qué no un porcentaje mayor si pueden alcanzar hasta un 90% con el segundo saque? La respuesta es sencilla: arriesgan. Al sacar más fuerte, aumentan sus posibilidades de ganar el punto, aunque a costa de fallar más veces. Este es un ejemplo perfecto de cómo se puede tomar un riesgo calculado. Tienen una segunda oportunidad para ser más conservadores si el primer saque falla.

Esto se aplica directamente a nuestras vidas. Arriesgar con cautela, dejando un margen de maniobra, te permite intentar algo nuevo sin ponerlo todo en juego de una vez. No siempre hay que «jugarse todo» en una sola oportunidad. Como en el tenis, la vida te ofrece varias oportunidades para corregir el rumbo. La clave está en maximizar los intentos pequeños y aprender de los errores para ajustar la estrategia.

Estudio de referencia: Según un estudio de Sport Science Journal, los tenistas profesionales que se arriesgan con su primer saque tienden a tener un mayor porcentaje de puntos ganados, lo que demuestra la efectividad de asumir riesgos calculados​.

2. Innovar en los momentos de presión: Lo que nos enseñan los penales

En la final de la Copa del Mundo entre Alemania y Holanda, el jugador Johann Niskens se enfrentaba a uno de los momentos de mayor presión de su carrera: el primer penal en una final de Mundial. En lugar de seguir su estrategia habitual, decidió arriesgarse y cambiar la dirección de su tiro a último momento, marcando un gol que no solo aseguró un punto, sino que revolucionó el fútbol. Este momento histórico demostró que, en situaciones de alta presión, innovar y arriesgar puede ser la clave para el éxito.

Aquí hay una lección valiosa: a veces, los mayores logros se alcanzan al salir de la zona de confort y probar algo nuevo. La innovación suele surgir del riesgo, y aunque puede parecer más seguro seguir las reglas conocidas, las personas más exitosas son aquellas que están dispuestas a probar algo diferente.

Dato interesante: Después de los penales históricos de Niskens y Panenka, los goles convertidos en penales subieron de un 69% a un 77%, mostrando cómo el riesgo bien gestionado puede aumentar las probabilidades de éxito​.

3. Evaluar el riesgo: Jugar con las probabilidades

Finalmente, no todos los riesgos valen la pena. Hay que aprender a distinguir entre los riesgos que realmente aportan valor y aquellos que solo generan incertidumbre innecesaria. Imagina que tienes que tirar dos dados; aunque no puedas predecir exactamente qué número saldrá, sabes que algunos resultados, como el número 7, tienen más probabilidad de ocurrir que otros. Esto se llama jugar con las probabilidades.

Cuando te enfrentas a decisiones importantes en tu vida, pregúntate: ¿Qué pasa si sale bien? ¿Qué pasa si sale mal?. Evalúa las consecuencias y las probabilidades de éxito o fracaso. De este modo, no solo estarás arriesgando por arriesgar, sino que tomarás decisiones informadas y estratégicas, aumentando tus posibilidades de éxito.

Estudio de referencia: Un estudio del Journal of Behavioral Decision Making demostró que las personas que toman decisiones basadas en probabilidades y cálculos racionales suelen tener mayores tasas de éxito en sus objetivos personales y profesionales​.

Conclusión: Un poco de riesgo hace maravillas

En Nara Psicología, vemos a diario cómo el miedo al fracaso impide que las personas se atrevan a arriesgar. Sin embargo, lo que hemos aprendido es que un poco de riesgo puede hacer maravillas en tu vida. No se trata de apostar todo en una sola jugada, sino de tomar riesgos calculados, aprovechar las segundas oportunidades y aprender de cada fracaso pequeño para avanzar con más fuerza.

Si bien es cierto que arriesgar puede generar incertidumbre, las personas más exitosas no son las que nunca fallan, sino las que aprenden de sus errores y siguen adelante. Esperamos que estas tres claves te ayuden a dar ese pequeño salto que quizá te falta para alcanzar aquello que tanto deseas.

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