Vamos a analizar cómo sería la primera sesión en que Darth Vader acudiera a consulta. Contaremos con algunos extractos de la sesión e iremos planteando algunas hipótesis iniciales a partir de lo que nos cuente.
Exploración en terapia
Motivo de consulta
El paciente acude a consulta, llega puntual, de negro de los pies a la cabeza y se muestra algo autoritario con la persona que le atiende en recepción, expresa su disconformidad con tener que esperar unos minutos para ser atendido.
Ya en el despacho, observa con atención el lugar y parece ocupar todo el espacio con su presencia. Se sienta y le pregunto qué le trae por aquí.
—Llevaba tiempo valorando empezar terapia por la gestión ira y me he decidido a venir ahora debido a que acabo de reencontrarme con mi hijo y no ha ido nada bien… —hace una pausa para tomar aire con el característico sonido de su respirador— al final le corté una mano.
Le devuelvo que la violencia tiende a generar más violencia en forma de escalada y que dificulta la resolución de cualquier conflicto. Se me queda mirando fijamente, pensativo y parece que sorprendido (toda la sorpresa que puede expresar un casco, claro).
—Si pudieras dar marcha atrás en el tiempo y volver a ese momento ¿te gustaría hacer algo diferente? — le pregunto.
Tras un momento de silencio, responde alzando la voz.
— ¡Le pedí que se uniera a mí para gobernar la galaxia y me rechazó! ¡¿Qué otra cosa podía hacer?!
En mis notas voy apuntando posibles rasgos de personalidad narcisistas, habilidades sociales algo escasas, tolerancia a la frustración muy limitada, dificultad con el sentimiento de abandono y pocas alternativas para la resolución de conflictos. Teniendo en cuenta todo esto, parece que hay una dificultad para ver y reconocer las necesidades y deseos del resto, en este caso de su hijo, y empatizar con la vivencia del resto de personas.
Continuamos con la sesión explorando otras áreas.
Historia personal
Me intereso por su historia y su infancia con la intención de conocer cómo se ha formado la persona que tengo delante.
— ¿Mi infancia? Pues feliz, como la de cualquier niño del borde exterior. Si es cierto que mi madre y yo éramos esclavos y aunque Watto, nuestro amo, nos hacía trabajar bastante, no vivíamos mal.
Cuenta esto como quien habla del tiempo, continúo apuntando en mis notas que parece se encuentra algo disociado de sus emociones.
—Mencionabas que tu madre y tú erais esclavos, ¿qué hay de tu padre?
—Jamás lo conocí, mi madre decía que no hubo padre.
—¿Y tú qué crees? —le pregunto.
—No lo sé… —mira hacia el techo reflexionando, parece conectar ligeramente con la tristeza, pero rápidamente se rearma la defensa— Cosas de la fuerza, imagino.
Parece que nos encontramos ante una familia monomarental, en la que se niega la existencia del padre. Parece un tabú familiar del que se habla poco. Lo apunto para profundizar más adelante en el proceso terapéutico, cuando el vínculo lo pueda sostener.
Él solo continúa:
—Aaaahh y yo luego fui liberado pero mi madre no… Y nos tuvimos que separar cuando iba a formarme como jedi.
—¿Cómo te sentiste? —le pregunto.
—Hacía mucho tiempo que no pensaba en esto… triste… supongo. También… ¿contento? No sé…
Seguimos apreciando signos de desconexión emocional ante la dificultad para poder identificar la emoción que siente actualmente y la que sintió en su infancia. Así como el desconcierto ante sentir estas dos emociones a la vez.
La primera exploración continúa, se realiza el encuadre, en el que le cuento cómo funciona la terapia y cómo trabajo yo, y cierro preguntándole cómo se encuentra y cómo se ha sentido conmigo.
—Raro.
Y se marcha, pero cerrando cita para vernos la semana siguiente.
Hipótesis de partida: trauma y apego
Valorando todas las anotaciones que se han ido tomando durante la sesión junto con todo lo sentido en la resonancia empática, parece que nos encontramos ante un caso en el que las experiencias traumáticas se han ido sucediendo a lo largo del tiempo.
Partiendo de la ausencia de su padre y la negación de su existencia, podemos hipotetizar que podríamos hallarnos ante una madre sobreprotectora y tendente a la fusión que podría haber dificultado la diferenciación, es decir, la formación de la propia identidad y personalidad explorando el mundo desde la autonomía y la experiencia. Así como también la negación de las emociones, en particular las desagradables, que podría ir marcando un estilo de apego evitativo en el que las emociones son ignoradas o incluso castigadas.
A este punto de partida a nivel de apego, podríamos sumarle vivir como esclavo, lo cual aparte de suponer una situación traumática en sí misma, podría reforzar, desde la falta de libertad, la dificultad para generar la propia identidad, así como la imposibilidad de expresar emociones y aprender a gestionarlas.
Por si fuera poco, en esta primera sesión refiere una situación potencialmente traumática más: la separación de su madre para formarse como jedi. Pudiendo ahondar más y reconectar con la herida de abandono que los primeros datos parecen refrendar.
Queda pendiente seguir explorando cómo fueron las figuras maternas y paternas que se sucedieron durante su formación en el templo jedi y cómo marcaron su estilo de apego.
Partiendo de estas hipótesis, parece que encajaría un mecanismo de defensa sobrecompensatorio, que podemos apreciar en su comportamiento narcisista que le distancia de su propia vulnerabilidad, pero también le desconecta de la gente que tiene a su alrededor y le lleva al conflicto, el cual tiende a resolver desde un estilo comunicativo agresivo que podría relacionarse, en gran medida, con la escasa tolerancia a la frustración que apreciamos.
Seguiremos explorando el presente y pasado de Darth Vader para ir contrastando si todas las hipótesis que hemos ido planteando se sostienen o hay que generar nuevas. Os animo a generar más hipótesis de que podría haber sucedido o estar sucediendo con nuestro paciente.
Jorge Moreno – Psicólogo de Nara psicología