Cada vez nos es más importante dotar de atención y cuidado a nuestros hijos/as para evitar caer en estilos de crianza negligentes, ya que sabemos que estos tienen consecuencias graves para su desarrollo y salud mental. Pero, ¿alguna vez como madre o padre te has preguntado si les estás protegiendo demasiado? Es natural que nos preocupemos por nuestros hijos/as e intentemos protegerles de los peligros del mundo, pero hay veces que si no sabemos dónde poner el límite podemos afectar a su desarrollo, en este caso, a la autoconfianza y a su capacidad de ser independientes, convirtiéndonos entonces en lo que comúnmente se conoce como “padres helicóptero”.
Y es que la sobreprotección es el otro extremo de la crianza negligente, este es un estilo de crianza en el que se intenta proteger de cualquier peligro o situación que les genere malestar, pudiendo ser esto también perjudicial para su desarrollo. Cuando los protegemos demasiado, les quitamos la oportunidad de aprender a tomar decisiones importantes y enfrentar desafíos, lo que puede tener un efecto negativo en su autoestima y capacidad para lidiar con las situaciones que se les presenten.
Además, cuando sobreprotegemos, también podemos crear dependencia emocional en nuestros hijos/as. En la infancia es importante aprender a establecer relaciones saludables con iguales y desarrollar habilidades sociales importantes para la vida, y esto no es posible si están siempre bajo nuestra protección. Por eso debemos permitir que asuman las tareas y responsabilidades adecuadas para su edad y etapa evolutiva y que de esa forma se produzca un buen desarrollo de sus capacidades, habilidades y autonomía, fomentando también un sentimiento de capacidad personal.
Es importante recordar que el amor y el cuidado no son lo mismo que la sobreprotección. Los niños/as necesitan sentirse queridos/as y recibir supervisión y orientación, pero al mismo tiempo deben tener un espacio donde experimenten y se equivoquen para que puedan crecer de manera segura y sepan lo que pueden esperar del mundo.
Por último, conviene recordar que la sobreprotección también puede ser perjudicial para nuestra salud mental. Como madres y padres, a veces podemos sentir preocupación y ansiedad, pero si permitimos que estas emociones nos controlen, podemos experimentar un agotamiento emocional que afectará nuestra capacidad de cuidado.
Es fundamental entonces encontrar un equilibrio adecuado en nuestro estilo de crianza, debemos alcanzar el balance entre el amor y el cuidado, y permitir que nuestros hijos/as tengan la oportunidad de aprender y desarrollarse de manera saludable, dejándoles equivocarse y experimentar malestar, lo que les permitirá desarrollar sus propios recursos personales y de esa forma tener una buena autoestima que les haga sentirse capaces y tener autonomía. Pero hay que recordar que encontrar el equilibrio adecuado en el estilo de crianza no es algo fácil, es una tarea constante y nadie es perfecto en esto, lo importante es seguir trabajando en ello y aprender juntos/as.
Desde Nara Psicología trabajamos para encontrar ese equilibrio adecuado y brindar apoyo a las familias en el desarrollo saludable de sus hijos/as. Si tienes alguna duda o necesitas apoyo, no dudes en ponerte en contacto con nosotros/as.
Laura Pereda Calvo
Psicóloga en Nara Psicología
Referencias bibliográficas
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Urra. J. (2018). Déjale crecer, o tu hijo en vez de un árbol fuerte será un bonsái. La esfera de los libros.